Skip navigation
Perspective

also available in English

Repensando y revitalizando la financiación para los ODS

Start reading
Perspective

Repensando y revitalizando la financiación para los ODS

Se necesitan cambios sistémicos en las finanzas públicas y privadas para lograr los ODS. Para elevar el debate sobre la financiación de los ODS, SEI, IDOS e IDDRI analizan los retos concretos para abordar este desafío en las economías en desarrollo.

Ivonne Lobos Alva, George Marbuah, Damien Barchiche, Elise Dufief, Niels Keijzer / Published on 31 August 2023

Visión General

  • Los retrasos en la implementación del Acuerdo de París sobre el cambio climático y la Agenda 2030 parecen deberse, en parte, cada vez más a las necesidades de financiación insatisfechas, así como a la incapacidad y falta de voluntad del G20 para abandonar las subvenciones a los combustibles fósiles.
  • La situación actual refleja la incapacidad de la arquitectura financiera internacional para canalizar recursos hacia las economías más vulnerables del mundo a la escala y velocidad necesarias.
  • Un estudio de IDOS, IDDRI y SEI concluye que la financiación eficaz de los ODS es posible si se cumplen cuatro condiciones principales.

Los numerosos y críticos acontecimientos a los que se ha enfrentado el mundo desde la adopción de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y el enorme desafío que suponen los cambios transformadores que esta prevé, evidencian que ningún país puede financiar los ODS y otros programas de desarrollo únicamente liberando más recursos financieros. En lugar de los esfuerzos habituales, se necesitan cambios sistémicos en la financiación pública y privada para alcanzar los ODS.

Los retrasos en la implementación del Acuerdo de París sobre el cambio climático y la Agenda 2030 parecen deberse cada vez más, en parte, a las necesidades de financiación insatisfechas, así como a la incapacidad y falta de voluntad del Grupo de los 20 (G20) para abandonar las subvenciones a los combustibles fósiles. La situación actual refleja la incapacidad de la arquitectura financiera internacional para canalizar recursos hacia las economías más vulnerables del mundo a la escala y velocidad necesarias.

Para el Secretario General de la ONU, este fracaso supone una amenaza creciente y sistémica para el propio sistema multilateral, ya que conduce a un aumento de las disparidades, la fragmentación geoeconómica y las divisiones geopolíticas en todo el mundo. A principios de 2023, según un reporte del PNUD, 52 países de renta baja y media (PRMB), que representan más del 40% de la población más pobre del mundo, estaban endeudados o corrían un alto riesgo de endeudamiento, y 25 de estos países tienen reembolsos del servicio de la deuda externa superiores al 20% de sus ingresos totales.

Para que los países en desarrollo puedan cumplir los ODS, el Secretario General ha pedido un estímulo para los ODS: 500 000 millones de dólares adicionales al año que se aportarán mediante una combinación de financiación en condiciones favorables y no favorables. El plan hace un llamado a la comunidad internacional y a los bancos multilaterales de desarrollo (BMD) para que aumenten significativamente la financiación destinada a los bienes públicos mundiales, y a los países para que alineen todas las formas de financiación con los ODS, en particular mediante la utilización de Marcos de Financiación Nacionales Integrados (INFF por su sigla en inglés).

Como parte de un esfuerzo para impulsar el debate sobre la financiación de los ODS en los países en desarrollo, IDOS, IDDRI y SEI han unido fuerzas para llevar a cabo un estudio que permite un mejor análisis de los desafíos concretos para abordar la financiación de los ODS en las economías en desarrollo. El estudio se centra en el panorama mundial y analiza la situación, las iniciativas recientes y las perspectivas de financiación de los ODS en Ghana, Indonesia, México y Senegal. Buscamos responder a la siguiente pregunta: ¿cómo y en qué condiciones pueden los países socios alinear aún más sus planes y políticas de desarrollo con la Agenda 2030 y los ODS para financiar mejor sus objetivos? Como afirma el Secretario General de las Naciones Unidas, es necesario poner más dinero a disposición de los países vulnerables en todo el mundo, que es uno de los principales retos actuales. Sin embargo, también es importante apoyar a los países en su capacidad de expresar sus necesidades de inversión para el desarrollo sostenible, de modo que el dinero fluya y sea atraído hacia las inversiones adecuadas. La principal conclusión del estudio es que esta alineación y una financiación eficaz de los ODS son posibles cuando se cumplen cuatro condiciones principales.

Condición número uno: Evitar una financiación incompatible con los ODS. Si bien es necesario tener en cuenta y abordar los déficits de financiación de los ODS, no hay que olvidar que para muchos países -en particular los Estados de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y los BRICS (Brasil, Federación de Rusia, India, China y Sudáfrica)- la realización de la Agenda 2030 consiste tanto en financiar menos como en financiar más. Los ejemplos incluyen menos financiación para los enfoques que comprometen ODS específicos (por ejemplo, los subsidios a los combustibles fósiles) y tomar decisiones de políticas que pueden ser difíciles y que requieren costes a corto plazo para lograr ganancias de sostenibilidad a largo plazo.

Segunda condición: La financiación a largo plazo debe combinarse con la planificación a largo plazo. Las estrategias de financiación para el desarrollo, operacionalizadas a través de los INFF u otros marcos, proporcionan a los inversores públicos y privados claridad y previsibilidad. Esto permite a los actores clave comprender mejor la secuencia de las inversiones a través del alivio, la recuperación y la transformación estructural a largo plazo. Si se llevan a cabo de forma integrada, estas estrategias de financiación podrían permitir un acceso más fácil y asequible a la financiación por parte de los países. Los esfuerzos de planificación también deben tratar de evitar las situaciones de bloqueo y las dependencias de la trayectoria, en las que los gastos de recuperación a corto plazo podrían obstaculizar los objetivos a largo plazo de reducir las desigualdades o avanzar en la protección del medio ambiente, e incluso aumentar las vulnerabilidades.

Tercera condición: Los Gobiernos, los BMD, el sector privado y otros actores necesitan comprender mejor el coste y los beneficios de la financiación de los ODS a nivel nacional. Una comprensión clara de la asignación y el gasto en servicios públicos e inversiones públicas que contribuyen a los ODS puede proporcionar información para identificar la magnitud de los déficits de financiación para los ODS. Al calcular los costes, debe evitarse la doble contabilización de las necesidades de inversión, al tiempo que debe darse prioridad a la identificación de sinergias entre los diferentes tipos de inversión. En vista de las demandas a corto plazo que compiten por los presupuestos públicos, como se ha visto en los últimos años, como los costes relacionados con el COVID-19, y los desafíos de la deuda pública, los beneficios de la financiación de los ODS también tendrán que concretarse para justificar y defender las inversiones realizadas a largo plazo. Ghana, Indonesia, México y Senegal cuentan con numerosos planes y estrategias relacionados con la financiación del desarrollo sostenible. No se trata de ampliarlos, sino de perfeccionarlos y ponerlos en práctica cuando sea necesario. Se puede seguir avanzando en la conexión de esos planes para desarrollar planes de financiación detallados y específicos que respalden sus objetivos de desarrollo.

Cuarta condición: Los instrumentos de financiación de los ODS -y el apoyo internacional a los mismos- deben ajustarse plenamente a las necesidades y prioridades del país. Las diversas herramientas desarrolladas para la presupuestación de los ODS, ya sea el desarrollo de los INFF o los bonos ODS, pueden ayudar a mejorar el acceso y el impacto de la financiación y conducir a una mejor implementación para alcanzar los Objetivos, pero solo si se desarrollan en apoyo de procesos asumidos como propios por los países. En la práctica, pueden ser la piedra angular del fortalecimiento de la financiación de los ODS en los países y establecer vínculos más coherentes entre los ODS y las estrategias de desarrollo, así como su aplicación. Sin embargo, como demuestran los estudios de caso, estas herramientas solo resultan pertinentes si no añaden complejidad a la administración, sino que están bien integradas en los procesos nacionales existentes y les sirven de apoyo. Para lograrlo, también deben estar suficientemente concretadas y ser operativas mediante objetivos específicos e indicadores cuantificables. Uno de los retos comunes a todos los países es vincular estas herramientas en función de las necesidades locales, para reforzar y consolidar las estrategias nacionales o locales de financiación de los ODS. Los socios internacionales deberían reconocer, seguir y alinearse plenamente con dichas estrategias nacionales en su diálogo con los gobiernos sobre el apoyo internacional a los esfuerzos nacionales de financiación de los ODS.

El camino a seguir

Para internacionalizar y garantizar estas cuatro condiciones, es fundamental que las partes interesadas en la financiación y los gobiernos reconozcan la naturaleza de la situación y la urgencia de actuar. Para ello es necesario que reconozcan que la arquitectura internacional actual no está cumpliendo su misión esencial de apoyar una financiación estable a largo plazo para los ODS. Los actores internacionales deben seguir apoyando las reformas fundamentales y el rediseño del sistema de financiación internacional, en particular proporcionando vías para garantizar la financiación a largo plazo.

La Cumbre Mundial de Bancos Públicos de Desarrollo de 2023 y la Cumbre sobre los ODS, que tendrán lugar en septiembre, las reuniones anuales del FMI y el Banco Mundial en octubre, así como la Cumbre del G20 de 2024 en Brasil, son plataformas cruciales para debatir y avanzar en el diseño de las principales instituciones financieras de manera que apoyen un cambio efectivo a nivel nacional. Esperamos que los líderes que participen en estas reuniones avancen en compromisos y acuerdos concretos y ambiciosos en este sentido.

Este artículo fue publicado en inglés por el Instituto Internacional para el Desarrollo Sostenible (IISD) en su SDG Knowledge Hub y fue escrito en colaboración con colegas del Instituto para el Desarrollo Sostenible y Relaciones Internacionales (IDDRI) y el Instituto Alemán de Desarrollo y Sostenibilidad (IDOS).

 

Autores

Ivonne Lobos Alva

Senior Expert Researcher

SEI Latin America

Damien Barchiche

Elise Dufief

Niels Keijzer

Traducido por

Camilo Martelo

Communications Assistant

Communications

SEI Latin America

Design and development by Soapbox.